- Recitado de un romance1 (de memoria) de entre
una selección: (mínimo 10 líneas) ( 24 de Septiembre)
- El ladrón devoto. Milagros de
Berceo ( solo este milagro). (15 de Oct.)
- Coplas. Jorge Manrique
( recitar 1 cada uno. Por orden de
lista, ej: el 1 la copla 1, el 2 la copla 2) : ( 25 de octubre)
-Cuentos de
D. Juan Manuel: XIX Lo que sucedió a
los cuervos con los búhos. (10 de noviembre)
-Lectura voluntaria.(16 de noviembre)
Segunda Evaluación
- El
Lazarillo de Tormes. (Prólogo y 7 tratados) 28 de enero
-Lectura
voluntaria (22 de febrero)
Tercera Evaluación
-- Lectura de dos fábulasEl labrador y la cigüeña (Samaniego), Los cuatro lisiados(Iriarte). 25 de marzo
-Romeo y Julieta. W. Shakespeare.(se recomienda versión de V. Vives): 3 de
Mayo
- Lectura voluntaria: 10 de mayo
La
lectura de las obras literarias propuestas es obligatoria. A la realización de
las pruebas sobre las lecturas obligatorias se le otorgará el 10% de la nota de
evaluación.
Lectura integrada
en el programa de Educación Responsable (PROYECTO LECTOR)
- Tuerto,
maldito y enamorado. Rosa Huertas. Alandar. Edelvives. (Un número de
capítulos por trimestre)
Lista de lecturas
voluntarias
-Los renglones torcidos de Dios. Torcuato Luca de Tena.
-El jinete polaco. Antonio Muñoz Molina.
-El premio. Manuel Vázquez
Montalbán.
-El cielo en un infierno cabe. Cristina López Barrios.
-El tiempo entre costuras. María Dueñas.
-Dime quién soy. Julia Navarro.
-El lector de cadáveres. Antonio Garrido.
-La elegancia del erizo. Muriel Spark.
-El curioso incidente del perro a medianoche. Mark Haddon.
·Los exámenes se realizarán por
bloques de contenido, es decir, habrá tres exámenes al trimestre: un examen
sobre comunicación, un examen sobre conocimiento de la lengua y otro sobre literatura.En el caso de que acabe el periodo de
evaluación y no se haya acabado el temario, el examen versarásolo lo dado hasta ese momento.
·Pruebas o trabajos personales de
cada lectura programada.
·Exámenes globales de evaluación.
·Pruebas de competencias.
·Exposiciones orales.
·Actividades de expresión escrita.
·Factores que inciden en la nota de
los exámenes:
oCada falta de ortografía bajará
0.10. Si la palabra en cuestión se encuentra en el enunciado de la pregunta
bajará 0.25. Se podrá restar a la nota hasta 2 puntos. En cualquier caso se
observará el progreso del alumno en este punto.
oUn gran número de errores en la
utilización de los signos de puntuación podría llegar a suponer la pérdida
hasta de un punto en exámenes y trabajos. Lo mismo puede aplicarse para
aquellos casos en los que la presentación no sea la adecuada (ausencia de
márgenes o sangrías, excesivo número de tachones, letra ilegible, utilización
de más colores de los aconsejables, etc.).
oAunque se intuya que el alumno ha
estudiado, el profesor puede calificar con 0 puntos una pregunta cuando existan
en ella disparates, cuando la redacción sea penosa o cuando haya oraciones
agramaticales o sin sentido.
CRITERIOS DE CALIFICACIÓN DE
LA SECCIÓN
Ítem
Porcentaje
Exámenes
Expresión
Oral
Expresión Escrita
Examen
global trimestral
Controles y
trabajos (lecturas)
Actitud,
cuaderno, participación, esfuerzo…
35%
10%
10%
25
%
10%
10%
RECUPERACIÓN
En el caso de que no diera tiempo a realizar actividades de expresión oral y escrita, ese porcentaje se añadiría al porcentaje de exámenes.
En ESO se bajará la nota del examen 0,10 por cada falta de ortografía. Pudiendo bajar la calificación hasta un máximo de 2 puntos.
La nota trimestral será la nota ponderada de todos los criterios de calificación: los exámenes, los controles y trabajos de lectura, pruebas de expresión oral y escrita, el trabajo diario y la conducta .
Si un alumno es sorprendido copiando tendrá una calificación de 0 en ese examen.
Se realizarán exámenes de recuperación de la segunda y tercera evaluación durante la semana posterior a la entrega de notas. La nota de la recuperación no será superior a 5.
Calificación final:
Con todas las evaluaciones aprobadas, no se hará examen global final, será optativo para subir nota. La nota final será el resultado de la media de las tres evaluaciones.
Para aprobar el curso la nota global tiene que ser superior a 5.
Rúbricas para calificar el trabajo diario y la conducta:
1. Cumplimiento de las normas, como por ejemplo puntualidad y uso correcto del uniforme.
2. Hace los deberes.
3. Trabaja en clase los ejercicios propuestos y copia los apuntes y ejemplos de la pizarra.
4. No hace comentarios ni acciones que no tengan que ver con los contenidos que se están impartiendo.
5. Demuestra iniciativa, interés por la materia: sale voluntario a la pizarra, participa de manera activa en la clase, hace preguntas interesantes, investiga de forma autónoma los contenidos…
6. Cuando entra el profesor el alumno está en su sitio con el material.
El teatro tuvo gran importancia
en España durante el Barroco. Las obras se representaban en los corrales de comedias, patios de
vecindad que se preparaban a propósito para ello. La temporada teatral se
desarrollaba desde Pascua hasta Carnaval del año siguiente. Las
representaciones tenían lugar por las tardes para aprovechar la luz del día,
eran muy largas y en los intermedios de las comedias se ofrecían entremeses y
bailes con el fin de entretener a los espectadores. Aunque no se sabe muy bien
cómo se representaban las comedias, se supone que, dado el ambiente del corral,
los actores gritaban muchísimo para hacerse oír.
Además del teatro de los corrales
de comedias, según avanzó el siglo XVII, ganó en importancia el teatro cortesano,
que se representaban en los palacios de los nobles o en el del rey. Este teatro
era más complicado que el de los corrales. Participaban actores profesionales,
pero en ocasiones intervenían también los nobles e incluso el propio monarca.
Otra modalidad teatral de esta
época eran los autos sacramentales, obras en un acto, con personajes
alegóricos, de tema religioso e intención didáctica. Se representaban en la
calle durante la fiesta del Corpus, la asistencia era libre y los ayuntamientos
costeaban el montaje. Se trataba de una auténtica fiesta barroca con presencia
masiva de público.
2. LA COMEDIA NUEVA
Se denomina comedia nueva al tipo de obras que llenaron los escenarios de las
ciudades españolas del siglo XVII. Sus características son las siguientes:
Mezclan elementos cómicos y trágicos.
No respetan las reglas clásicas de las tres unidades:
Unidad de lugar: La unidad de
lugar exigía que la acción se desarrollara en un mismo lugar, pero en las
comedias españolas es frecuentes que los hechos sucedan en sitios
diversos.
Unidad de tiempo: La unidad de
tiempo disponía que el argumento transcurriera como máximo durante un
día, disposición que no respetan las comedias barrocas.
Unidad de acción: La unidad de
acción establecía que los sucesos estuvieran todos relacionados con un
caso central y único. En las comedias barrocas existe una acción
principal, cuyos protagonistas son el galán y la dama, y una secundaria,
protagonizada de ordinario por los criados.
Los personajes se repiten constantemente lo que permite a los
espectadores reconocerlos con facilidad. Los más frecuentes son:
El galán: un hombre joven, guapo y
valiente.
La dama: una mujer joven, hermosa,
inteligente y prudente. Usa sus virtudes para lograr sus objetivos.
El barba: un hombre viejo o el mismo
rey. Hace la función del poderoso que soluciona los problemas.
El antagonista: un hombre que se
opone al galán.
La criada: acompañante y confidente de la dama.
El criado: confidente del galán.
Tiene un fino sentido del humor y rasgos que contrastan con el del galán,
su amo. Destaca por su carácter práctico, la sensatez, una bien disimulada
cobardía y una pícara astucia para rehuir los peligros. Suele desempeñar
el papel del gracioso,
importante personaje que, entre otras funciones, tiene la de crear momentos
cómicos para rebajar la tensión acumulada en la obra.
Las comedias se dividen en tres actos o jornadas. El escritor
plantea el asunto en la primera jornada, lo desarrolla en la segunda y lo
concluye en la tercera: presentación, nudo y desenlace.
El lenguaje evita la expresión culterana o conceptista, aunque a
partir de las obras de Calderón de la Barca tiende a ser más complicado. Se
pretende que la lengua se ajuste a la condición de los personajes, de modo que
hablen de acuerdo con su categoría social y ello permita distinguir, por
ejemplo, al rey del gracioso. Esta adecuación de la lengua al personaje se
denomina decoro poético.
Todas las comedias están
compuestas en verso, lo que facilita
su memorización. La métrica es muy variada, de acuerdo con el pasaje, la
situación y el personaje. También hay que señalar que se intercalan canciones y bailes que interrumpen la acción. Veamos
cuáles son los temas:
Los temas de las comedias barrocas son múltiples: religiosos, históricos, legendarios, pastoriles,
caballerescos, novelescos, mitológicos, filosóficos, etc.
Las comedias de tema amoroso son las más frecuentes. Predomina el
enfoque platónico, que aporta armonía y es el móvil de las acciones del
personaje. Transcurren en un ambiente propicio para el enredo, con abundancia
de quejas, riñas, celos. En estas comedias el final feliz es lo normal, aunque
existen excepciones. Es importante también el tema del honor: toda afrenta a la
honra era considerada asunto muy grave y debía ser reparada. La honra se equipara
a la vida, y su pérdida equivale a la muerte social, por eso se justifica el
recurso a la violencia para recuperarla.
Pese a la variedad temática,
todas las comedias presentan una sociedad
parecida, en lo alto de la cual se encuentra el rey, cuyo poder se supone
que procede de Dios. Evidentemente, se trata de una sociedad cristiana en la
que no caben herejías. El teatro barroco defiende, por tanto, el sistema social
de la época y, de manera parecida a los medios de diversión de masas de hoy
día, había servido —junto a fiestas, procesiones y otros espectáculos— como un
eficaz medio de propaganda.
Muchos fueron los autores de la comedia nueva que
compusieron comedias durante el s. XVII:
Guillén de Castro: Las
mocedades del Cid. Los malcasados de Valencia.
Juan Ruiz de Alarcón: La
verdad sospechosa. Las paredes oyen. El tejedor de Segovia.
Luis Vélez de Guevara: Reinar
después de morir. La serrana de la Vera.
Francisco de Rojas Zorrilla: Del
rey abajo, ninguno. Entre bobos anda el juego.
Agustín Moreto: El desdén con
el desdén. El lindo don Diego.
Especial importancia tiene,
además de Lope y Calderón, Tirso de
Molina, autor de comedias como La
prudencia en la mujer, Marta la piadosa, Don Gil de las calzas verdes y El vergonzoso en palacio; también se le atribuyen
El condenado por desconfiado y El burlador de Sevilla, obra que
desarrolla el famosísimo mito del don Juan.
3. EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Lope de Vega cultivó la mayor
parte de los géneros literarios de su tiempo. Como hemos visto en apartados anteriores,
fue excelente poeta y destacado prosista. Como dramaturgo, su importancia fue
extraordinaria en la creación de la comedia nueva. Su grandeza está en haber
sabido dotar a la escena de un nuevo modo de expresión, uniendo la tradición
literaria culta con el lenguaje coloquial. Su acierto, desligar la comedia de
las ataduras de las normas clásicas, para adaptarla a su época y contactar con
el público.
Creó un nuevo teatro con su
práctica cotidiana. Cumpliendo encargos para los corrales de comedias, se
afirma que escribió unas 1800 comedias y
400 autos, de los que se conservan alrededor de 500. Esta ingente labor
explica el título de “monstruo de la naturaleza” con que le designa Cervantes.
Obras
En Lope está todo: lo religioso y
lo profano, la comedia y el auto, la historia reciente y la tradición nacional:
así, compuso comedias de enredo como
La dama bobaoEl perro del hortelano, en las que lo fundamental es la intriga,
pero también escribió dramas de honor
campesino, en las que un labrador rico y cristiano viejo se enfrenta a un
noble o a un comendador que lo han deshonrado: Fuente Ovejuna, Peribáñez y el comendador de Ocaña, El mejor alcalde,
el rey. En estas comedias se rompe la armonía social, pero, como el rey
hace justicia y restablece la paz, las obras sirven para exaltar la monarquía.
Algunas de sus obras teatrales
contienen importantes elementos trágicos.
Entre estos dramas trágicos, destacan El
caballero de Olmedo y El castigo sin
venganza.
Las características del teatro de Lope son las ya explicadas de la comedia nueva: mezcla de comedia y
tragedia, incumplimiento de las tres unidades clásicas, división de las obras
en tres jornadas, variedad métrica, personajes tipificados, inclusión de
canciones populares…
Creador de asuntos y de animación
dramática, Lope no profundiza con tanta intensidad en la psicología de sus
personajes como Shakespeare o Calderón. En su dramaturgia marca caracteres
igual que lo hacía la comedia dell’arte
italiana, mediante la reiteración de funciones en la obra.
El teatro de Lope presenta un perfecto equilibrio entre el lenguaje culto de la tradición
literaria y el lenguaje coloquial.
La incorporación a sus obras de elementos líricos (letrillas, canciones de boda
y siega, romances…) crea además un fresco lirismo y una sutil agilidad.
Si su vida es típicamente
barroca, marcada por los contrastes, su lenguaje teatral sólo se acerca
débilmente a las tendencias conceptistas y culteranas. Más bien, con Cervantes,
representa el puente de unión entre Renacimiento y Barroco, y se mantiene en un
estilo natural y claro. Su teatro conecta con el espectador por su naturalidad,
sencillez expresiva y la gracia de los diálogos.
4. PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
Nació en Madrid en el año 1600
dentro de una familia hidalga. Estudió con los jesuitas y luego en las
universidades de Alcalá y Salamanca. Comenzó muy pronto a escribir obras
teatrales y no tardó en convertirse en un autor conocido. En poco tiempo fue el
dramaturgo más estimado en la Corte. En 1637, Felipe IV le concedió el hábito
de caballero de Santiago. Participó tambén como militar en diversas campañas
(por ejemplo, en 1640, en la guerra de Cataluña). En 1651 se ordenó sacerdote y
en 1663 fue nombrado capellán de honor del rey. No abandonó entonces la
literatura, pero fue menos fecundo y escribió, sobre todo, autos sacramentales.
Falleció en Madrid en 1681.
A pesar de su condición de
escritor palaciego, en la personalidad de Calderón de la Barca destacan su
capacidad reflexiva, su serenidad e incluso su gusto por el retiro y la
soledad.
Obras
Escribió Calderón numerosas
obras, aunque muchas menos que Lope de Vega; unas ciento veinte comedias,
ochenta autos sacramentales y más de veinte piezas cortas. En su obra se
distinguen dos etapas:
a) Primera etapa: imitación de Lope.
Calderón adopta los esquemas de
la comedia “de capa y espada”: ambiente urbano, enredos amorosos, personajes
convencionales que ilustran los convencionales ideales de las clases elevadas.
Brilla la habilidad de Calderón para desarrollar la trama, manteniendo el
interés y la “suspensión”. Es, en suma, un teatro de pura e inteligente
diversión. Dentro de estas comedias se distinguen:
Comedias de enredo: concebidas para ser representadas en
los corrales. Ejemplos:
La dama duende; Casa con dos puertas
mala es de guardar.
Comedias de aparato: compuestas para las funciones del teatro
de Palacio. Desarrollan frecuentemente un asunto mitológico, como ocurre
en Eco y Narciso y La estatua de Prometeo.
b) Segunda etapa:
Mantiene la fórmula lopesca, pero
trabaja con mayor cuidado los detalles. También elabora con más atención la
forma, acentuando el barroquismo (con elementos ornamentales gongorinos y no
poco conceptismo). Y dramatiza temas más
profundos. Sus comedias se hacen más perfectas, pero pierden lozanía y frescura. Son más arte y menos naturaleza.
Además de comedias, Calderón es
autor de dramas de honor, donde
lleva a sus máximas consecuencias el “código del honor”, ya utilizado por Lope.
Destacan la obra maestra: El alcalde de
Zalamea; así como El médico de su honra; A secreto agravio, secreta venganza; El
mayor monstruo los celos, etc.
Destacan además dramas donde
desarrolla el conflicto entre la libertad y el destino (El mayor monstruo del mundo; Los cabellos de Absalón.) Y otros tratan sobre la naturaleza del Poder
(la famosísima La vida es sueño, una
de las cumbres del teatro universal, y La
hija del aire).
Algunas obras con abundantes
elementos trágicos desarrollan problemas religiosos: La devoción de la cruz; El príncipe constante y El mágico prodigioso.
c) Autos sacramentales:
El gran teatro del mundo y El
gran mercado del mundo.
En cuanto a las características del teatro de Calderón, en
principio, son las ya señaladas para las comedias de Lope, pero introduce
importantes novedades:
Mantiene más la unidad
de acción, simplificando los argumentos.
Limita el número de
personajes y prefiere resaltar uno sobre los demás.
Da un carácter
reflexivo a los protagonistas que exponen sus ideas en largos monólogos.
Utiliza una lengua
mucho más artificiosa y emplea tanto recursos conceptistas como
culteranos; usa símbolos y alegorías para plantear problemas universales.
Temas
En la primera época, cuando
ordena y condensa temas y técnicas anteriores, sus comedias giran en torno a la
misma temática de Lope: amor, honra y
épica tradicional. A medida que su creación se hace más profunda y
elaborada, aparece el elemento
filosófico y la acción se subordina al pensamiento. Como fruto de esta
dependencia, surgen ideas que influirán en los motivos teatrales:
Se extreman los conceptos de honra y de lealtad al monarca,
adquiriendo a veces el tono de tragedia clásica.
El pesimismo barroco impone en la escena el tema del desengaño con su
concepto negativo de la existencia y las reflexiones sobre la vida como “humo,
polvo, viento, sueño”.
Los debates teológicos de la época favorecen la introducción del tema
de la libertad, que aparece en La vida es sueño, o de la responsabilidad moral
del individuo.
Los Autos Sacramentales, en los que se aplica el procedimiento
alegórico, muestran temas de la teología cristiana: la creación, la caída del
hombre, la Redención; pero el motivo central sigue siendo la Eucaristía.
Estilo
En Calderón se mezclan las dos
tendencias barrocas: culteranismo y conceptismo, con un lenguaje exuberante y
poético en el que caben las sutilezas y antítesis del conceptismo junto a
metáforas y tópicos del culteranismo. Constantemente busca separar su expresión
del léxico cotidiano, de forma que los objetos vulgares se ennoblecen (pistola
= “áspid de metal”; pájaros= “alados clarines”; clarines= “pájaros de metal”.)
Así surgen las más variadas figuras: la hipérbole magnificadora, la evocadora
personificación, comparaciones, sinestesias, recursos que dan al texto sonoridad, retorcimiento y la
acabada elaboración de la creación artística.
Su versificación cambia el
sistema de Lope: los metros se vinculan al relato, no al personaje. Verso largo
en escenas lentas, romance para la conversación y relatos, la décima triunfa en
los monólogos. Nada es causal ni gratuito en la obra de Calderón. Su arte, de
gran rigor y precisión, tiene algo de matemático, una exacta mezcla de
claroscuro y luminosidad que muestra en toda su plenitud la esencial estructura
del mundo barroco. ********************************************** -Actividades
El siglo XVII es un momento de
grave crisis que va desmoronando el poderío político y la solidez ideológica de
la cultura renacentista. Las guerras, las enfermedades, el clima adverso, las
malas cosechas, el hambre y las más diversas calamidades azotan Europa, por lo
que se ha llamado a este siglo centuria de la crisis o
siglo de hierro.
1.1. La sociedad del siglo XVII
En Francia o en España se
consolida la forma de estado denominado monarquía
absoluta, con la concentración del poder en manos del rey y sus cortesanos
próximos. En otros países, como Holanda o Inglaterra, la burguesía crece en
importancia y los parlamentos
empiezan a controlar el poder real. Todo ello se produce entre graves
conflictos: revueltas campesinas, guerras religiosas, etc.
1.2. La España del siglo XVII
Históricamente, España entra en
un proceso de irreversible decadencia
política, económica y social. La debilidad
de los monarcas, Felipe III, Felipe IV y Carlos II, deja el poder en manos
de los validos, personas de su confianza que muchas veces gobernaron como
monarcas absolutos. El duque de Lerma y el conde-duque de Olivares, los dos
validos más importantes, buscaban más su beneficio particular que el del
Estado. España pierde su hegemonía en Europa (el Rosellón, la Cerdaña, etc.) y
se independiza Portugal.
Mientras, en plena bancarrota económica, hay miseria y
despoblación causada por pestes, guerras y malas cosechas; pero los gobernantes
gastan en fiestas los crecientes impuestos, que originan revueltas y
descontento social.
La expulsión de los judíos y los moriscos (casi trescientos mil entre
1600 y 1610) y la emigración a América
intensifican la caída demográfica,
perdiéndose mano de obra y, por tanto, capital. El abandono del campo provoca
la emigración a la ciudad, creando una legión de parados, vagabundos y mendigos
(que ya el Lazarillo había
reflejado).
En ideas religiosas, España, aislada del exterior, bajo el peso de la
Contrarreforma pero sin renunciar a la herencia renacentista, vuelve los ojos a
la tradición cristiano-medieval y los viejos principios teocéntricos. El
mundo vuelve a verse como un lugar de aflicciones y miserias donde el ser
humano expía su pecado original; los bienes terrenales son falsos y los
placeres se transforman en dolor.
La conciencia de la aguda crisis
se extiende entre los escritores, lo que motiva el pesimismo y el desengaño
típicos del Barroco.
2. EL BARROCO
Se denomina Barroco al período que sigue al Renacimiento. El término, que se
aplicó primero a las artes plásticas, designa comúnmente la época que abarca desde
finales del siglo XVI hasta la primera década del XVIII, en que comienza el
Neoclasicismo.
El Barroco es una etapa artística
enteramente distinta del Renacimiento. Afecta a toda creación, tanto
intelectual como artística, y se inicia cuando los dos rasgos esenciales del Renacimiento (exaltación del mundo y del hombre
y equilibro humanista procedente de la admiración por la antigüedad clásica)
son sustituidos por dos características
típicamente barrocas: profunda
desvalorización de la vida y la naturaleza humana y tendencia a la exageración
en el arte.
Entre Renacimiento y Barroco no existe ruptura sino evolución: los
temas y recursos formales que el escritor emplea son los mismos que había
manejado en el Renacimiento. El autor barroco debe esforzarse para crear nuevas
formas con los mismos materiales que había utilizado el renacentista.
2.1. Características del Barroco
Concepción negativa del mundo
El mundo es percibido como caos, desorden y confusión. A los
ideales renacentistas les han seguido la frustración
y el desencanto. La vida está ahora regida por la idea de la muerte: vivir es sólo un breve tránsito entre la cuna
y la sepultura. El tiempo lo destruye
todo y la realidad es ilusión y apariencia: la vida es sueño y el mundo es
un gran teatro. La brevedad de la vida, la caducidad de las cosas y la
fugacidad de lo terreno explican la idea barroca por excelencia: la del desengaño.
El pesimismo barroco
El pesimismo barroco presenta muy
diversas formas: la angustia existencial, la sátira, la evasión, la diversión…
La literatura española proporciona ejemplos de estas variadas actitudes
barrocas: Quevedo, la novela picaresca, Góngora, el teatro, etc.
La estética barroca
Literariamente, el Barroco es, en
muchos aspectos, la continuación de temas y formas renacentistas. El escritor
conserva los hallazgos del Renacimiento, pero, sin despreciar a los autores
clásicos, se distancia de ellos, siguiendo su apreciación personal. Así surge
un espíritu creador que presenta caracteres propios y definidos:
- Busca lo nuevo, lo original, lo sorprendente para excitar la sensibilidad
y la inteligencia del lector. Utiliza, para ello, brillantes imágenes,
novedades estilísticas, ideas ingeniosas, o se sirve de lo pintoresco, lo
grotesco y lo hiperbólico.
- Sustituye las normas clásicas
por su actitud individualista y capricho
personal, tendiendo hacia la exageración
de la realidad literaria.
- Esta búsqueda de lo original
provoca una tendencia a la
artificiosidad y la complicación. Como resultado, el mensaje se percibe
entre exquisitas excelencias formales, creando un arte para minorías. El escritor considera que el goce
estético y el esfuerzo personal del lector-receptor están en relación de
proporción directa, es decir, el lector disfruta más de una obra cuanto más esfuerzo
intelectual le exige su comprensión.
- La ausencia de normas genera
una visión unilateral de la realidad,
que es idealizada hasta la belleza
absoluta o deformada hasta el envilecimiento degradante.
- Es primordial el cultivo del contraste, fruto del
desengaño y la incertidumbre vitales. Se manifiesta en la violenta oposición de
elementos extremos, el placer de la antítesis o el enfrentamiento de feo/
hermoso; refinado/vulgar; serio/cómico…
- La concepción del mundo como
mudanza e incesante cambio produce en el arte literario dinamismo y movilidad. Su realización formal se aprecia,
esencialmente, en abundante subordinación, hipérbaton, elipsis o violentos
encabalgamientos métricos.
En resumen, el concepto de imitación renacentista ha dejado
paso al “crear al modo de la naturaleza” o, como decía Baltasar Gracián
“buscando buen arte contra la imperfecta naturaleza”.
3. EL CONCEPTISMO Y EL
CULTERANISMO. Tendencias poéticas
El culteranismo y el conceptismo
son las dos tendencias estilísticas dominantes en la literatura barroca
española. No se trata de movimientos opuestos, pese a los duros enfrentamientos
personales de sus defensores, sino que forman parte de una sensibilidad
estética general que persigue la originalidad y pretende admirar al lector. En
ambas tendencias se rompe el equilibrio entre forma y contenido (cómo se dice y
qué se dice) defendido por la estética renacentista.
3.1. El conceptismo
Se basa en asociaciones ingeniosas de palabras o ideas. Se tiende a un lenguaje conciso, lleno de contenido.
Para ello se juega con los significados de las palabras (los conceptos) y con sus relaciones más insospechadas. Los
recursos más utilizados son la antítesis, la paradoja, la condensación
conceptual, las hipérboles, los equívocos y disemias[1], la combinación de
diversas acepciones de un mismo vocablo, etc. Los escritores conceptistas más
notables son Francisco de Quevedo y Baltasar Gracián.
3.2. El culteranismo
Si los escritores conceptistas
exprimen las posibilidades de la lengua partiendo de los significados de las palabras,
el culteranismo considera, ante todo, la belleza
formal. Frente a la concentración conceptista, sobresale en los culteranos
la ornamentación exuberante. Aunque
los temas puedan ser triviales, se utiliza un estilo esplendoroso que desea
llamar la atención sobre el lenguaje mismo. Para ello se emplean numerosos
recursos: metáforas audaces (así, el pájaro será “flor de pluma” o “ramillete
con alas” y el arroyo “culebra que entre flores se desata”), sinécdoques y
metonimias, perífrasis, hipérboles, imágenes brillantes, voces sonoras,
procedimientos que buscan la musicalidad del verso (aliteraciones,
paronomasias, palabras esdrújulas…)[2]. La sintaxis se complica
con giros procedentes del latín, con violentos hipérbatos, con exagerados
encabalgamientos. El vocabulario es original: incorpora numerosos cultismos
léxicos de procedencia latina (“émulo, náutico, cándido, cerúleo…”) y selecciona los términos por su colorido y
suntuosidad (oro, rubíes, perlas…) Se crea, así, una peculiar lengua poética,
característica de Luis de Góngora y sus continuadores.
4. LA POESÍA BARROCA
La poesía tiene en el siglo XVII
un enorme desarrollo. No sólo se cultiva poesía lírica y épica, sino que la
poesía dramática ¾los
dramaturgos eran llamados poetas¾
tiene ahora excepcional importancia. De hecho, las obras teatrales, escritas en
verso, sirvieron para la popularización de la poesía, que también se difundió
oralmente en universidades, academias, justas y certámenes poéticos, lecturas
públicas en casa de los mismos poetas, recitados de poesía popular en la calle,
etc. Lógicamente, el desarrollo de la imprenta contribuyó a la divulgación de
los textos poéticos, muchas veces acompañados de grabados o ilustraciones.
Las últimas décadas del siglo son
de claro decaimiento y no hay ya autores de relieve, hecho que se prolongará
durante el siglo siguiente, dando lugar a un largo periodo de decadencia no
sólo de la poesía, sino de la literatura española en general. Ello se debió
tanto al declive general del país, como al agotamiento de los recursos
expresivos, que se utilizaban ya de forma repetitiva.
La poesía
barroca refleja la conciencia de crisis, el pesimismo y el desengaño
característicos de esta etapa cultural. Presenta gran variedad de formas,
estilos y temas. Se llevan al extremo los temas renacentistas:
El amor
es visto como pasión intensa, se resalta su fuerza y adquiere un sentido
trascendente, es decir, se aprecia que perviva más allá de la muerte.
La belleza de
la mujer amada se aleja de la armonía renacentista y supera a la propia
naturaleza. Vinculada con el tópico del Carpe diem, se destaca el efecto
demoledor del paso del tiempo.
La naturaleza
idílica del Renacimiento se transforma en naturaleza sensual, llena de colores
y sonidos.
La mitología
continúa siendo un punto de referencia y génesis de asuntos que son tratados a
veces con tono noble y solemne y otras con efectos paródicos y burlescos.
La crisis
despierta el interés por temas morales y
filosóficos: la vanidad de las cosas, el engaño de las apariencias, el paso
del tiempo (presente en el tema del reloj, las ruinas, el Ubi sunt?, el
Tempus fugit…) la presencia de la muerte, el sueño como símbolo de vida
y muerte, etc. Las circunstancias sociales de corrupción desembocaron en una
poesía satírica donde se criticaba tipos y costumbres de la época y se hablaba
del problema de España.
La poesía
barroca alcanza un alto grado de perfección formal. En el siguiente cuadro
podéis observar los principales RECURSOS
FORMALESde la poesía barroca: (TENLOS EN CUENTA PARA LOS COMENTARIOS)
RECURSOS DE OPOSICIÓN
Recursos como el oxímoron, la antítesis y
la paradoja sirvieron para expresar las contradicciones barrocas.
Oxímoron: Es hielo abrasador, es fuego
helado
Antítesis: Ayer naciste y morirás mañana.
Paradoja: Antes que sepa andar el pe se
mueve/ camino de la muerte.
PERÍFRASIS
Y
ALUSIÓN
Se utilizó la perífrasis para evitar
vocablos prosaicos o para eludir la referencia directa a personajes de la
época.
Crestadas aves/ cuyo lascivo esposo
vigilante
Doméstico es del sol / nuncio canoro
Y —del coral barbado— no de oro/ ciñe,
sino de púrpura, turbante.
HIPÉRBATON
Alcanzó en el barroco grados extremos. Se
copió la ruptura del sintagma nominal de la estructura sintáctica latina
Pasos de un peregrino son errantes
Cuantos me dictó versos dulce musa.
[Cuantos versos me dictó dulce musa son
pasos errantes de un peregrino]
CULTISMOS
La admiración barroca por los modelos
latinos se reflejó en el empleo de cultismos léxicos y sintácticos
Cultismo sintáctico: Lasciva en
movimiento/mas los ojos honesta [Los dos adjetivos concuerdan con la dama
a la que se dedica el poema]
Cultismo léxico: Destilando líquida
armonía / hace las peñas cítaras canoras.
[Las aguas de un monte, al caer por las
laderas, convierten las rocas en instrumentos musicales.]
JUEGOS DE PALABRAS
La
experimentación lingüística en busca de la novedad hizo que proliferasen los
juegos de palabras como la dilogía, el calambur y la creación de nuevos
vocablos
Dilogía: Mi vida y mi vivir ordene [mande y ponga orden]
Este recurso
se convirtió en la base de textos que exageraban aspectos físicos, sociales y
morales con fines satíricos
Érase un hombre a una nariz pegado;
Érase una nariz superlativa…
Los tres
poetas barrocos más destacados son Góngora, Lope de Vega y Quevedo.
4.1. LUIS DE GÓNGORA (1561-1627)
Biografía
Luis de Góngora y Argote nació en
Córdoba en 1561 dentro de una familia acomodada y culta. Aunque estudió Leyes
en Salamanca, de vuelta a Córdoba, siguió carrera dentro de la Iglesia. Viajó
mucho en misiones eclesiásticas y sus poemas lo hicieron famoso. Cuando se
instaló en Madrid en 1617, era ya considerado el mejor poeta de su tiempo.
Amante de la vida lujosa y muy aficionado al juego, se vio acosado por las
deudas. Ya enfermo, regresó a Córdoba en 1626 y allí murió al año siguiente.
Góngora ha pasado a la posteridad
como hombre adusto, sombrío y orgulloso. Famosas son sus enemistades personales
y literarias. Con Quevedo cruzó insultos y alusiones mordaces. Atacó asimismo a
Lope de Vega, quien respondió a su vez, aunque dejando entrever su admiración
por el escritor cordobés. Pero contó también fervientes defensores y numerosos
seguidores, que imitaron su estilo hasta bien entrado al siglo XVIII.
Se advierten dos épocas en la poesía de
Góngora, una anterior a 1610 donde los rasgos culteranos son mucho menores y
otra posterior a esta fecha en que acentúa grandemente su hermetismo.
Su producción poética consta de tres obras
mayores: Fábula de Polifemo y Galatea
(1612),Soledades(1613-4) y Fábula de Píramo y Tisbe (1618), de unos
dos centenares de sonetos, de más de doscientos romances y letrillas populares
y de algunas composiciones diversas.
a) Las letrillas:
Las letrillas y otras poesías de arte menor
de Góngora eran ya muy conocidas en su época. En ellos utiliza temas y recursos
de la poesía popular junto a los barrocos: antítesis, metáforas... Aunque a
veces tienen un tono serio y tratan de un tema grave, son usuales los textos de
carácter humorístico o satírico, en los que se utilizan chistes, alusiones
desvergonzadas, etc.
b) Los romances:
Con los romances de Góngora alcanza el
Romancero nuevo sus mayores cimas. También en ellos se alternan lo serio y lo
humorístico. Los temas son muy diversos: caballerescos, moriscos, de cautivos,
pastoriles, amorosos, mitológicos, satíricos…
Larguísimo romance de más de quinientos
versos es la Fábula de Píramo y Tisbe,
donde se resumen a la perfección las características de la poesía gongorina, en
la que conviven los rasgos más opuestos: la tendencia al cultismo y el gusto
por lo popular; la visión burlesca de la realidad y la reflexión juiciosa, el
refinamiento exquisito y la expresión vulgar. Este poema heroico-cómico narra
de forma grotesca un asunto mitológico serio. Con ello, el poeta barroco se
burla de sus propios mitos.
c) Los sonetos:
Góngora fue un gran sonetista. Sus sonetos
son muy variados: amorosos, burlescos, morales, mitológicos, de circunstancias,
etc. Los amorosos son de tipo petrarquista. Los satíricos incorporan elementos
de la poesía popular y no evitan el léxico coloquial e incluso vulgar. Los de
tema moral reflejan la situación vital del poeta y, en tono serio o burlón,
expresan sus inquietudes personales.
d) Poemas mayores:
En octavas reales y silvas, bellos y de gran
artificiosidad. Son la Fábula de Polifemo
y Galatea, las Soledades y el Panegírico al Duque de Lerma.
Representan la culminación del estilo culterano. En estas dos obras, las
expresiones difíciles se acumulan de tal forma que sólo resultan comprensibles
para un lector extremadamente culto.
La Fábula de Polifemo y Galatea se basa
en un tema de Ovidio: Acis, amor de la ninfa Galatea, es sepultado por un
peñasco lanzado por el cíclope Polifemo, enamorado de Galatea y celosos del
joven; la ninfa invoca a los dioses que convierten a Acis en riachuelo. La
lengua es muy difícil, pero la sintaxis no alcanza todavía las complejidades a
la que llegará el estilo gongorino en las Soledades.
Las Soledades tendrían que haber sido
cuatro, pero Góngora sólo escribió dos y la última está inacabada. Constan de
unos dos mil versos agrupados en silvas. Esta forma métrica, con sus largos
periodos, le permite al poeta mayor libertad sintáctica, dando lugar a una
lengua complicadísima en la que el culteranismo llega al límite. El tema es,
sin embargo sencillo: relata la historia de un joven náufrago que llega a
tierra y es acogido por unos pastores, allí presencia unas fiestas de boda y
asiste a las faenas de los pescadores. Se trata de un canto a la vida natural y
el desdén de las ambiciones cortesanas relatados en torno a una sucesión de
escenas pastoriles, en el entorno de una naturaleza estilizada. A su modo, son
una respuesta al desengaño barroco: se recrea la belleza de una naturaleza
generosa que remite al ideal clásico de la Edad de Oro.
Los temas
de la obra de Góngora no son novedosos: el amor, la mitología, la naturaleza…
Ahora bien, estos temas son reelaborados originalmente y a veces de modo
satírico por un escritor al que le gusta la vida, que es refinado y sensual, de
lengua afilada y espíritu burlón, atento a la belleza del mundo que lo rodea
o a la que él mismo crea.
Se trata de un humanista tardío que lleva
hasta la exageración los temas clásicos en una época en la que ya no es posible el optimismo propio del Renacimiento.
Y aunque los modelos de Góngora son los característicos de la literatura
renacentista (autores clásicos grecolatinos, autores italianos y los mismos
autores españoles del siglo XVI), se aleja de ellos complicando y
distorsionando al máximo la lengua poética.
4.2. LOPE DE VEGA
Lope Félix de Vega y Carpio nació en Madrid
en 1562, de familia de clase media con pretensiones de nobleza. Estudió en Alcalá y Salamanca. Su precocidad se puso
pronto de manifiesto porque a los 13 años escribió su primera comedia.
Interviene en la conquista de la isla Terceira y regresa de nuevo a Madrid. En
1588 fue desterrado por unos versos difamatorios y parte de su destierro lo
pasó en Valencia, ciudad por entonces de intensa vida teatral: la influencia de
los dramaturgos valencianos en su obra posterior fue considerable. Se casó dos
veces, enviudó otras tantas y vivió, además, con otras mujeres. La muerte de
uno de sus hijos le llevó a ordenarse sacerdote en 1614. No obstante, en 1616
se enamoró de Marta de Nevares, joven ya casada, y, sin miedo al escándalo,
vivió con ella. Pero Marta enfermó y los últimos años de la vida de Lope fueron
penosos. Pasó dificultades económicas y sufrió graves desengaños. Murió en
1635. Fue un poeta adorado por el
pueblo, que lo consideraba “su poeta”.
De compleja personalidad (pasional, atrevido,
inconstante, vanidoso, vitalista…), fue uno de los individuos más conocidos de
su tiempo y contó con numerosos seguidores, aunque también con muchos enemigos.
Admiraba a Góngora, pero criticó al poeta cordobés, quien, a su vez, también
censuró a Lope. Tampoco fueron buenas sus relaciones con Cervantes.
Obra poética
Notable prosista y gran dramaturgo, Lope de
Vega fue asimismo un excelente poeta. Nos ocuparemos ahora de su obra lírica.
Al Lope poeta le ha perjudicado su increíble genio para el teatro, ya que su
fama se debe casi exclusivamente a sus comedias, siendo su obra lírica tan
fecunda como su creación teatral.
En su poesía nos muestra muy diversas
facetas: el poeta vitalista, el petrarquista, el imitador de Góngora, el poeta
filosófico, el religioso. Es especialmente importante su capacidad para hacer
literatura de sus propias experiencias personales, con lo que anticipa el
espíritu de los escritores modernos.
Su obra poética se puede clasificar en dos
vertientes fundamentales:
a) Poesía popular
o tradicional:
En metros populares, romances, y "letras
para cantar" (villancicos, seguidillas, letrillas, cantares de bautizo, de
siega, de amor, etc.) Destacan especialmente los romances y es uno de los más
importantes poetas del Romancero nuevo o artístico.
b) Poesía culta:
Donde
destacan los sonetos, las elegías, canciones, églogas y epístolas. Es precisamente
en los sonetos donde destaca junto con
Góngora y Quevedo Escribió más de tres mil sonetos, con los temas más variados:
históricos, pastoriles, mitológicos, bíblicos, etc. destacan los de tema
autobiográfico, donde vierte sus amores, sus triunfos y sus fracasos, sus penas
familiares, etc.
Temáticamente, destacan en él sus dos
pasiones: la amorosa, como hombre de mundo, y la religiosa como clérigo. Si en
Quevedo el amor es sufrimiento y martirio, en Lope es gozo y vitalismo; la
amada de Quevedo es una ficción literaria, en Lope se halla cerca, presente y
viva. En el caso de la poesía religiosa, aparece el arrebato de misticismo y
arrepentimiento con que escribe sus versos.
Gran parte de su producción lírica está
esparcida por sus obras dramáticas y narrativas, pero un abundante caudal lo
reunió en libros de poesía como Rimas,
Rimas sacras, Romancero espiritual, Triunfos divinos, Rimas humanas y divinas
del licenciado Tomé de Burguillos.
Estilo
Se puede decir que Lope de Vega armoniza las
dos tendencias de la poesía del Barroco (culteranismo y conceptismo). Su obra
presenta junto a obras cultas, formas sencillas y espontáneas de estilo
tradicional popular. Por una parte, como hombre abierto y receptivo que es,
conoce bien los gustos y las tendencias populares, pero a la vez, es receptor
de la tradición de los Cancioneros del siglo XV y de la poesía culta
renacentista. Lógicamente, los gustos de la época en que vive influyen en él:
el culteranismo, en medida muy prudente y el conceptismo, con algo más de
fuerza. De ahí que no falten en sus poemas las paradojas, los juegos de
palabras, las correlaciones, las antítesis, las sutilezas conceptuales, etc. Sin embargo, aunque en su poesía se
sintetizan estas tendencias y escuelas, fue su propio carácter el que impuso,
sobre todo ello, un lenguaje natural, vivaz, espontáneo. Él mismo dirá: "el hacer versos y amar/ naturalmente ha de
ser", palabras que, por su contundencia, excluyen todo comentario.
4.3. FRANCISCO DE QUEVEDO
Biografía
Francisco de Quevedo y Villegas nació en
Madrid en 1580, de familia noble. Sus padres servían a la familia real. Estudió
las primeras letras en el Colegio Imperial de los Jesuitas; luego, lenguas
clásicas y modernas en Alcalá y teología en Valladolid con lo que adquirió una
gran cultura humanística y teológica. Ocupó la secretaría de Hacienda del duque
de Osuna, virrey de Nápoles, y llevó a cabo comprometidas misiones políticas.
Destituido el duque de Osuna, fue desterrado a la Torre de Juan Abad, pero, a
la muerte de Felipe II, volvió de nuevo a la corte. Se casa, a instancias de la
reina, con una viuda, de la que se separa pronto. Un suceso no bien conocido,
de índole política, hace que sea encarcelado en San Marcos de León donde
permaneció cuatro años. A la caída del privado, queda en libertad y muere un
año después, en 1645.
Obra poética
Su producción poética es extensa y variada;
en él se da esa disociación chocante entre el sarcasmo (desengañado y amargo) y
la hondura poética y de pensamiento. El escritor argentino Jorge Luis Borges
dijo de él que su obra equivale a toda una literatura.
Su obra poética, recogida a su muerte en dos
libros Parnaso español (1648) y Las tres últimas musas (1670) se puede
dividir temáticamente en cuatro apartados:
a) Poesía
amorosa, en la que aparece la tradición petrarquista. Su creación se centra
en los sufrimientos del que ama.
b) Poesía
metafísica, que surge de la angustia ante la vida y la existencia, y ofrece
los grandes temas del barroco: la muerte, la fugacidad del tiempo y el desengaño.
Dentro de esta poesía se puede incluir la poesía religiosa y moral.
c) Poesía
satírico-burlesca[4],
que responde a preocupaciones morales y sociales o es, al mismo tiempo, una
válvula de escape para el temperamento del poeta, un auténtico escaparate de creación
léxica.
d) Poesía
política, centrada en dos ideas esenciales: el problema de España y la denuncia de la corrupción. Nace
de su dolorosa conciencia por la decadencia material y espiritual de la patria.
Además de su obra en verso, Quevedo dejó una
importante obra en prosa que veremos más adelante.
Los temas
centrales de la poesía de Quevedo son la
inquietud por la muerte y el típico desengaño barroco. La muerte es
preocupación fundamental en sus poemas, que descubren su horror a la nada. Su
poesía es una meditación sobre la fugacidad de la vida: el tiempo destructor
todo lo puede y la vida es una loca carrera hacia la muerte. (“Ayer se fue; Mañana no ha llegado; / Hoy se
está yendo sin parar un punto:/ soy un fue, y un será y un es cansado”).
Este hondo pesimismo quevedesco, esa visión desolada del hombre y del mundo va
unida a su percepción de la decadencia española. Todos los valores que defiende
(amor, honor, etc.) son los viejos ideales que se desmoronan a su alrededor.
Ello explica sus sátiras crueles de todo tipo de novedades, tanto literarias
(Góngora y el culteranismo), como científicas, de costumbres, modas, etc.
En cuanto al estilo, la poesía de Quevedo se caracteriza por los constantes
juegos de palabras, equívocos, dilogías, polisemias, paronomasias, hipérboles,
antítesis, paradojas, equívocos, deformaciones grotescas, etc. Domina la lengua en todos sus registros
(culto, coloquial, vulgar) y conoce a la perfección los recursos retóricos
clásicos. En muchos de sus poemas llega a su culminación el principio
conceptista de decir mucho con pocas palabras. Importante rasgos de su poesía
es también la intensidad afectiva: el apasionamiento quevedesco se manifiesta
en la abundancia de oraciones interrogativas, exclamativas y apelativas, en las
llamadas directas al lector y en el frecuente uso de diminutivos y aumentativos
de carácter afectivo.
5. LA PROSA EN EL SIGLO XVII
Muchos de los géneros narrativos
del siglo XVI prácticamente desaparecen en el XVII: libros de caballerías,
novelas pastoriles, etc. Sin embargo, otros, como la novela picaresca, tienen
ahora un gran desarrollo. También tiene gran importancia la novela corta al
modo italiano, tras la publicación de las Novelas
Ejemplares de Cervantes en 1613. De hecho, la figura más relevante de la
prosa española no es precisamente Cervantes, quien publicó la mayor parte de su
obra en este siglo.
Por otra parte, destacan los
libros didácticos, muy numerosos en esta centuria y de temas muy diversos:
historia, política, religión, filosofía, moral, estética, economía…
5.1. LA NOVELA PICARESCA
Las novelas picarescas comparten
una serie de rasgos ya presentes en el Lazarillo
de Tormes y en el Guzmán de Alfarache .
El personaje del pícaro se
caracteriza por su ambición de prosperar socialmente como forma de escapar de
su miserable condición. Las novelas picarescas retratan con ello la grave
situación social de las ciudades españolas del siglo XVII, en las que abundan
mendigos, desocupados y vagabundos.
La novela picaresca del XVII,
basándose en el modelo del Lazarillo,
va a tener, no obstante, rasgos
diferenciadores:
La acción se carga de discursos
moralizantes que generan un proceso de “desnovelización; el fino humor del
Lazarillo es sustituido por una visión desolada de la sociedad y por un agrio
pesimismo; un amargo resentimiento sustituye a la sátira benévola y la
orientación realista del Lazarillo se transforma en estilización deformadora de
la realidad.
Numerosas y variadas son las narraciones
picarescas publicadas en el siglo XVII. Las más importantes son el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán y El Buscónde Francisco de Quevedo.
LA PROSA DE LOPE DE VEGA
Lope de Vega escribió diversas
obras en prosa siguiendo variados modelos narrativos: un libro pastoril, La Arcadia (1598); otra narración
pastoril, pero de carácter religioso, Los
pastores de Belén (1612); una novela de complicadas aventuras, El peregrino en su patria (1604); cuatro
novelas cortas al estilo italiano,
Novelas a Marcia Leonarda (1621-1624), dedicadas a su último amor, Marta de
Nevares.
Muy interesante es La Dorotea(1632). Relacionada con La Celestina, se trata también de una
extensa obra dialogada, escrita no para ser interpretada, sino leída. Para
muchos, es la obra maestra de Lope. La Dorotea, como otros escritos del final
de su vida, está dominada por la amargura, la decepción y la melancolía. Lope,
ya anciano, rememora episodios de su biografía, fundiendo el presente con el
pasado y la vida con la literatura.
LA PROSA DE FRANCISCO DE QUEVEDO
Los libros en prosa de Quevedo
son, como sus poemas, muy diversos y suelen agruparse según su contenido
(político, festivo-humorístico, filosófico, satírico-moral…). El grupo más
extenso es el del tipo político, aunque quizá gozaron de más difusión tuvieron
sus obras festivas: tienen particular interés las que parodian a Góngora y
el culteranismo. En cuanto a su obra
filosófica, destaca La cuna y la
sepultura, rotunda exposición del desengaño barroco.
Muy importantes son sus libros de
carácter satírico-moral: los Sueños,
donde ridiculiza diversos tipos humanos y profesiones, y La hora de todos, obra satírica sobre la hipocresía.
Con todo, la obra en prosa más
célebre de Quevedo fue su novela picaresca El
Buscón, ya mencionada.
BALTASAR GRACIÁN
Baltasar Gracián nació en
Belmonte de Calatayud (Zaragoza) en 1601. Desde muy joven formó parte de la
Compañía de Jesús, con la que tuvo problemas por sus escritos, y fue profesor
en diversos centros de su orden religiosa.
Todos los libros de Baltasar
Gracián están escritos en prosa y tienen una intención didáctica y moral. El
pensamiento de Gracián es muy pesimista. El mundo es engañoso, el hombre es un
ser débil, miserable y, a menudo, malicioso. Muchos de sus escritos pretenden
proporcionar al lector recursos que le permitan esquivar las trampas de sus
semejantes y dominar para no ser dominado. El
Criticón (1651-1657) es su obra maestra. En esta extensa novela, que
anticipa la novela filosófica del siglo XVIII, dos personajes peregrinan por
diversos lugares y aprenden a desconfiar de las apariencias en su búsqueda de
la sabiduría y de la virtud. Otras obras suyas son El héroe (1637), donde presenta mediante aforismos las virtudes que
debe tener un gobernante; El discreto
(1646), Oráculo manual y arte de
prudencia(1647), y Agudeza y arte de
ingenio (1648).
En cuanto al estilo, la prosa de
Gracián es muy densa y concentrada. Está construida con frases cortas, en las
que abundan las antítesis y los juegos de palabras. Con Gracián llega a su
culminación la dificultad conceptista.
Antítesis: Contraste entre palabras o expresiones de sentidos
opuestos (vida/ muerte; placer/dolor, etc.)
Paradoja: Unión de conceptos sólo aparentemente contradictorios
(Vivo sin vivir en mí)
Condensación conceptual: No es exactamente una figura literaria. Se
trata de una acumulación de conceptos que aumenta la complejidad del texto
Hipérbole: Exageración
Equívoco: Consiste en hacer uso del valor polisémico de algunas
palabras: se repite el significante (o cuerpo fónico de la palabra) pero en
cada aparición el significado es distinto. (Por ejemplo, usar la palabra presa
con diversos significados en un poema).
Disemia: Circunstancia
de tener una palabra, con la misma forma, dos
significados distintos. Polisemia. Sinónimo.
Metáfora: Sustitución de un término por otro con el que guarda
una relación de semejanza. (Tus labios son fresas).
Sinécdoque:
Nombrar la parte por el todo o al revés. (En la ciudad vivían veinte mil
almas).
Metonimia: Sustitución de un término por otro con el que mantiene
una relación de proximidad (causa-efecto, continente-contenido, etc.)
Perífrasis: Se llama también circunloquio. Consiste en designar de
forma indirecta un concepto a través de sus características. (La tierra que
descubrió Colón por América)
Aliteraciones: Repetición de sonidos o grupos de sonidos semejantes.
Paronomasias: Se colocan próximas palabras de significante muy
parecido, pero de significado diferente (hombre/hambre)
Hipérbaton: Gran alteración del orden habitual de las palabras.
[3]La segunda época de Góngora, despreciada durante largo
tiempo, fue rescatada al celebrarse el tercer centenario de Góngora (1927), por
los jóvenes poetas de entonces, la generación del 27, así llamada por su acción reivindicativa
en el año del centenario: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego,
etc.); a partir de ellos se reconoce la inmensa calidad lírica de los poemas
más difíciles de Góngora.
[4] La literatura
satírica corresponde a composiciones poéticas u
otros escritos cuyo objeto es censurar acremente o poner en ridículo a alguien
o algo.
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-Actividades:
Poemas de Quevedo
1.Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día; y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esa otra parte en la ribera dejará la memoria, en donde ardía; nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, medulas, que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrán sentido; polvo serán, mas polvo enamorado.
2.- A una nariz
Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
5
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
10
las doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
3.-Ataque de Quevedo
Yo te untaré mis obras con tocino Porqueno me las muerdas Gongorilla Perro de los ingenios de castilla, Doctor en pullas, cual mozo de camino. Apenas hombre, sacerdote indino, Que aprendiste sin christus la cartilla; Chocarrero de Córdoba y Sevilla, Y en la Corte, bufón a lo divino. ¿Por qué censuras tú la lengua griega siendo sólo rabí de la judía, cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas más, por vida mía; Aunque aquesto de escribas se te pega, Por tener de sayón la rebeldía.