Esquema:
EL TEATRO DEL SIGLO XVII
1.
EL TEATRO DE LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII
2.
LA COMEDIA NUEVA
3.
EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
4.
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
EL TEATRO DEL SIGLO XVII
1. EL TEATRO DE LA ESPAÑA DEL
SIGLO XVII
El teatro tuvo gran importancia
en España durante el Barroco. Las obras se representaban en los corrales de comedias, patios de
vecindad que se preparaban a propósito para ello. La temporada teatral se
desarrollaba desde Pascua hasta Carnaval del año siguiente. Las
representaciones tenían lugar por las tardes para aprovechar la luz del día,
eran muy largas y en los intermedios de las comedias se ofrecían entremeses y
bailes con el fin de entretener a los espectadores. Aunque no se sabe muy bien
cómo se representaban las comedias, se supone que, dado el ambiente del corral,
los actores gritaban muchísimo para hacerse oír.
Además del teatro de los corrales
de comedias, según avanzó el siglo XVII, ganó en importancia el teatro cortesano,
que se representaban en los palacios de los nobles o en el del rey. Este teatro
era más complicado que el de los corrales. Participaban actores profesionales,
pero en ocasiones intervenían también los nobles e incluso el propio monarca.
Otra modalidad teatral de esta
época eran los autos sacramentales, obras en un acto, con personajes
alegóricos, de tema religioso e intención didáctica. Se representaban en la
calle durante la fiesta del Corpus, la asistencia era libre y los ayuntamientos
costeaban el montaje. Se trataba de una auténtica fiesta barroca con presencia
masiva de público.
2. LA COMEDIA NUEVA
Se denomina comedia nueva al tipo de obras que llenaron los escenarios de las
ciudades españolas del siglo XVII. Sus características son las siguientes:
Mezclan elementos cómicos y trágicos.
No respetan las reglas clásicas de las tres unidades:
- Unidad de lugar: La unidad de lugar exigía que la acción se desarrollara en un mismo lugar, pero en las comedias españolas es frecuentes que los hechos sucedan en sitios diversos.
- Unidad de tiempo: La unidad de tiempo disponía que el argumento transcurriera como máximo durante un día, disposición que no respetan las comedias barrocas.
- Unidad de acción: La unidad de acción establecía que los sucesos estuvieran todos relacionados con un caso central y único. En las comedias barrocas existe una acción principal, cuyos protagonistas son el galán y la dama, y una secundaria, protagonizada de ordinario por los criados.
Los personajes se repiten constantemente lo que permite a los
espectadores reconocerlos con facilidad. Los más frecuentes son:
- El galán: un hombre joven, guapo y valiente.
- La dama: una mujer joven, hermosa, inteligente y prudente. Usa sus virtudes para lograr sus objetivos.
- El barba: un hombre viejo o el mismo rey. Hace la función del poderoso que soluciona los problemas.
- El antagonista: un hombre que se opone al galán.
- La criada: acompañante y confidente de la dama.
- El criado: confidente del galán. Tiene un fino sentido del humor y rasgos que contrastan con el del galán, su amo. Destaca por su carácter práctico, la sensatez, una bien disimulada cobardía y una pícara astucia para rehuir los peligros. Suele desempeñar el papel del gracioso, importante personaje que, entre otras funciones, tiene la de crear momentos cómicos para rebajar la tensión acumulada en la obra.
Las comedias se dividen en tres actos o jornadas. El escritor
plantea el asunto en la primera jornada, lo desarrolla en la segunda y lo
concluye en la tercera: presentación, nudo y desenlace.
El lenguaje evita la expresión culterana o conceptista, aunque a
partir de las obras de Calderón de la Barca tiende a ser más complicado. Se
pretende que la lengua se ajuste a la condición de los personajes, de modo que
hablen de acuerdo con su categoría social y ello permita distinguir, por
ejemplo, al rey del gracioso. Esta adecuación de la lengua al personaje se
denomina decoro poético.
Todas las comedias están
compuestas en verso, lo que facilita
su memorización. La métrica es muy variada, de acuerdo con el pasaje, la
situación y el personaje. También hay que señalar que se intercalan canciones y bailes que interrumpen la acción. Veamos
cuáles son los temas:
Los temas de las comedias barrocas son múltiples: religiosos, históricos, legendarios, pastoriles,
caballerescos, novelescos, mitológicos, filosóficos, etc.
Las comedias de tema amoroso son las más frecuentes. Predomina el
enfoque platónico, que aporta armonía y es el móvil de las acciones del
personaje. Transcurren en un ambiente propicio para el enredo, con abundancia
de quejas, riñas, celos. En estas comedias el final feliz es lo normal, aunque
existen excepciones. Es importante también el tema del honor: toda afrenta a la
honra era considerada asunto muy grave y debía ser reparada. La honra se equipara
a la vida, y su pérdida equivale a la muerte social, por eso se justifica el
recurso a la violencia para recuperarla.
Pese a la variedad temática,
todas las comedias presentan una sociedad
parecida, en lo alto de la cual se encuentra el rey, cuyo poder se supone
que procede de Dios. Evidentemente, se trata de una sociedad cristiana en la
que no caben herejías. El teatro barroco defiende, por tanto, el sistema social
de la época y, de manera parecida a los medios de diversión de masas de hoy
día, había servido —junto a fiestas, procesiones y otros espectáculos— como un
eficaz medio de propaganda.
Muchos fueron los autores de la comedia nueva que
compusieron comedias durante el s. XVII:
Guillén de Castro: Las
mocedades del Cid. Los malcasados de Valencia.
Juan Ruiz de Alarcón: La
verdad sospechosa. Las paredes oyen. El tejedor de Segovia.
Luis Vélez de Guevara: Reinar
después de morir. La serrana de la Vera.
Francisco de Rojas Zorrilla: Del
rey abajo, ninguno. Entre bobos anda el juego.
Agustín Moreto: El desdén con
el desdén. El lindo don Diego.
Especial importancia tiene,
además de Lope y Calderón, Tirso de
Molina, autor de comedias como La
prudencia en la mujer, Marta la piadosa, Don Gil de las calzas verdes y El vergonzoso en palacio; también se le atribuyen
El condenado por desconfiado y El burlador de Sevilla, obra que
desarrolla el famosísimo mito del don Juan.
3. EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Lope de Vega cultivó la mayor
parte de los géneros literarios de su tiempo. Como hemos visto en apartados anteriores,
fue excelente poeta y destacado prosista. Como dramaturgo, su importancia fue
extraordinaria en la creación de la comedia nueva. Su grandeza está en haber
sabido dotar a la escena de un nuevo modo de expresión, uniendo la tradición
literaria culta con el lenguaje coloquial. Su acierto, desligar la comedia de
las ataduras de las normas clásicas, para adaptarla a su época y contactar con
el público.
Creó un nuevo teatro con su
práctica cotidiana. Cumpliendo encargos para los corrales de comedias, se
afirma que escribió unas 1800 comedias y
400 autos, de los que se conservan alrededor de 500. Esta ingente labor
explica el título de “monstruo de la naturaleza” con que le designa Cervantes.
Obras
En Lope está todo: lo religioso y
lo profano, la comedia y el auto, la historia reciente y la tradición nacional:
así, compuso comedias de enredo como
La dama boba o El perro del hortelano, en las que lo fundamental es la intriga,
pero también escribió dramas de honor
campesino, en las que un labrador rico y cristiano viejo se enfrenta a un
noble o a un comendador que lo han deshonrado: Fuente Ovejuna, Peribáñez y el comendador de Ocaña, El mejor alcalde,
el rey. En estas comedias se rompe la armonía social, pero, como el rey
hace justicia y restablece la paz, las obras sirven para exaltar la monarquía.
Algunas de sus obras teatrales
contienen importantes elementos trágicos.
Entre estos dramas trágicos, destacan El
caballero de Olmedo y El castigo sin
venganza.
Las características del teatro de Lope son las ya explicadas de la comedia nueva: mezcla de comedia y
tragedia, incumplimiento de las tres unidades clásicas, división de las obras
en tres jornadas, variedad métrica, personajes tipificados, inclusión de
canciones populares…
Creador de asuntos y de animación
dramática, Lope no profundiza con tanta intensidad en la psicología de sus
personajes como Shakespeare o Calderón. En su dramaturgia marca caracteres
igual que lo hacía la comedia dell’arte
italiana, mediante la reiteración de funciones en la obra.
El teatro de Lope presenta un perfecto equilibrio entre el lenguaje culto de la tradición
literaria y el lenguaje coloquial.
La incorporación a sus obras de elementos líricos (letrillas, canciones de boda
y siega, romances…) crea además un fresco lirismo y una sutil agilidad.
Si su vida es típicamente
barroca, marcada por los contrastes, su lenguaje teatral sólo se acerca
débilmente a las tendencias conceptistas y culteranas. Más bien, con Cervantes,
representa el puente de unión entre Renacimiento y Barroco, y se mantiene en un
estilo natural y claro. Su teatro conecta con el espectador por su naturalidad,
sencillez expresiva y la gracia de los diálogos.
4. PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
Nació en Madrid en el año 1600
dentro de una familia hidalga. Estudió con los jesuitas y luego en las
universidades de Alcalá y Salamanca. Comenzó muy pronto a escribir obras
teatrales y no tardó en convertirse en un autor conocido. En poco tiempo fue el
dramaturgo más estimado en la Corte. En 1637, Felipe IV le concedió el hábito
de caballero de Santiago. Participó tambén como militar en diversas campañas
(por ejemplo, en 1640, en la guerra de Cataluña). En 1651 se ordenó sacerdote y
en 1663 fue nombrado capellán de honor del rey. No abandonó entonces la
literatura, pero fue menos fecundo y escribió, sobre todo, autos sacramentales.
Falleció en Madrid en 1681.
A pesar de su condición de
escritor palaciego, en la personalidad de Calderón de la Barca destacan su
capacidad reflexiva, su serenidad e incluso su gusto por el retiro y la
soledad.
Obras
Escribió Calderón numerosas
obras, aunque muchas menos que Lope de Vega; unas ciento veinte comedias,
ochenta autos sacramentales y más de veinte piezas cortas. En su obra se
distinguen dos etapas:
a) Primera etapa: imitación de Lope.
Calderón adopta los esquemas de
la comedia “de capa y espada”: ambiente urbano, enredos amorosos, personajes
convencionales que ilustran los convencionales ideales de las clases elevadas.
Brilla la habilidad de Calderón para desarrollar la trama, manteniendo el
interés y la “suspensión”. Es, en suma, un teatro de pura e inteligente
diversión. Dentro de estas comedias se distinguen:
- Comedias de enredo: concebidas para ser representadas en los corrales. Ejemplos:
- La dama duende; Casa con dos puertas
mala es de guardar.
- Comedias de aparato: compuestas para las funciones del teatro de Palacio. Desarrollan frecuentemente un asunto mitológico, como ocurre en Eco y Narciso y La estatua de Prometeo.
b) Segunda etapa:
Mantiene la fórmula lopesca, pero
trabaja con mayor cuidado los detalles. También elabora con más atención la
forma, acentuando el barroquismo (con elementos ornamentales gongorinos y no
poco conceptismo). Y dramatiza temas más
profundos. Sus comedias se hacen más perfectas, pero pierden lozanía y frescura. Son más arte y menos naturaleza.
Además de comedias, Calderón es
autor de dramas de honor, donde
lleva a sus máximas consecuencias el “código del honor”, ya utilizado por Lope.
Destacan la obra maestra: El alcalde de
Zalamea; así como El médico de su honra; A secreto agravio, secreta venganza; El
mayor monstruo los celos, etc.
Destacan además dramas donde
desarrolla el conflicto entre la libertad y el destino (El mayor monstruo del mundo; Los cabellos de Absalón.) Y otros tratan sobre la naturaleza del Poder
(la famosísima La vida es sueño, una
de las cumbres del teatro universal, y La
hija del aire).
Algunas obras con abundantes
elementos trágicos desarrollan problemas religiosos: La devoción de la cruz; El príncipe constante y El mágico prodigioso.
c) Autos sacramentales:
El gran teatro del mundo y El
gran mercado del mundo.
En cuanto a las características del teatro de Calderón, en
principio, son las ya señaladas para las comedias de Lope, pero introduce
importantes novedades:
- Mantiene más la unidad de acción, simplificando los argumentos.
- Limita el número de personajes y prefiere resaltar uno sobre los demás.
- Da un carácter reflexivo a los protagonistas que exponen sus ideas en largos monólogos.
- Utiliza una lengua mucho más artificiosa y emplea tanto recursos conceptistas como culteranos; usa símbolos y alegorías para plantear problemas universales.
Temas
En la primera época, cuando
ordena y condensa temas y técnicas anteriores, sus comedias giran en torno a la
misma temática de Lope: amor, honra y
épica tradicional. A medida que su creación se hace más profunda y
elaborada, aparece el elemento
filosófico y la acción se subordina al pensamiento. Como fruto de esta
dependencia, surgen ideas que influirán en los motivos teatrales:
Se extreman los conceptos de honra y de lealtad al monarca,
adquiriendo a veces el tono de tragedia clásica.
El pesimismo barroco impone en la escena el tema del desengaño con su
concepto negativo de la existencia y las reflexiones sobre la vida como “humo,
polvo, viento, sueño”.
Los debates teológicos de la época favorecen la introducción del tema
de la libertad, que aparece en La vida es sueño, o de la responsabilidad moral
del individuo.
Los Autos Sacramentales, en los que se aplica el procedimiento
alegórico, muestran temas de la teología cristiana: la creación, la caída del
hombre, la Redención; pero el motivo central sigue siendo la Eucaristía.
Estilo
En Calderón se mezclan las dos
tendencias barrocas: culteranismo y conceptismo, con un lenguaje exuberante y
poético en el que caben las sutilezas y antítesis del conceptismo junto a
metáforas y tópicos del culteranismo. Constantemente busca separar su expresión
del léxico cotidiano, de forma que los objetos vulgares se ennoblecen (pistola
= “áspid de metal”; pájaros= “alados clarines”; clarines= “pájaros de metal”.)
Así surgen las más variadas figuras: la hipérbole magnificadora, la evocadora
personificación, comparaciones, sinestesias, recursos que dan al texto sonoridad, retorcimiento y la
acabada elaboración de la creación artística.
Su versificación cambia el
sistema de Lope: los metros se vinculan al relato, no al personaje. Verso largo
en escenas lentas, romance para la conversación y relatos, la décima triunfa en
los monólogos. Nada es causal ni gratuito en la obra de Calderón. Su arte, de
gran rigor y precisión, tiene algo de matemático, una exacta mezcla de
claroscuro y luminosidad que muestra en toda su plenitud la esencial estructura
del mundo barroco.
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